¡MI ZAPATO!

Preparación

2 minutos

Actividad

10 minutos

Lección

4 minutos

Tiempo Total: 16 minutos

Materiales:

Ninguno

Descripción General

Si tienes varios hijos, la rivalidad entre hermanos es inevitable. En momentos de desacuerdo y discordia, usa este juego para enseñarles empatía y cómo ver una situación desde la perspectiva de otra persona.

PASO 1
PASO 1

Intercambiar zapatos

La próxima vez que tus hijos discutan, diles que detengan lo que están haciendo y se queden quietos como una estatua. Luego, pídeles que se quiten los zapatos y los intercambien. Si uno de ellos se resiste, haz que ambos se quiten los zapatos y cambien de lugar, de modo que estén parados detrás de los zapatos del otro.

Di: Ahora que estás en los zapatos de otra persona, hablemos sobre por qué estamos tan molestos. Cada uno tendrá la oportunidad de explicar cómo se siente, pero asegúrense de escuchar cuando el otro hable. Esa es la única manera de entender su perspectiva.

PASO 2
PASO 2

Lleguen a un acuerdo

Una vez que cada niño haya compartido su perspectiva y se haya sentido escuchado, anímalos a llegar a un acuerdo.

Di: Ahora vamos a llegar a un acuerdo. En un acuerdo, ambas personas acuerdan ceder un poco, y nadie obtiene exactamente lo que quiere. Pero eso está bien, porque no somos las únicas personas en este mundo y necesitamos encontrar una solución que funcione para los dos.

Cuando tus hijos lleguen a un acuerdo, es posible que no estén completamente felices con el resultado. Diles que eso está bien — no siempre tenemos que estar contentos con todo.

PASO 3
PASO 3

Alabanza y oración

Pide a tus hijos que se pongan de nuevo sus zapatos.

Di: A veces la vida no parece justa, ¡pero servimos a un Dios que siempre es justo! Nos amó tanto que envió a Su Hijo, Jesús, aun cuando no lo merecíamos. Él nos ama sin condiciones.

Comparte la esperanza de la Palabra de Dios y oren juntos.

“pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.”
Romanos 5:8 (NTV)
Querido Padre celestial, vivimos en un mundo roto que a veces puede ser injusto. Gracias por Tu amor perfecto y por Tu promesa de estar siempre con nosotros. Ayúdanos a recordar que nada es más grande ni más fuerte que Tu amor. En el nombre de Jesús, amén.

¿Te gustó esta actividad?

Regístrate para recibir consejos prácticos de crianza de Florecer por HopeConnect en Español directamente en tu bandeja de entrada.

Sigue a HopeConnect en Español