¿Alguna vez te has encontrado apresurándote por la mañana y te has detenido repentinamente cuando tu hijo se niega a desayunar? Puede ser increíblemente frustrante porque sabes que él necesita combustible para el día que le espera, pero cada intento termina en lágrimas o en un silencio obstinado. Es una situación que has experimentado muchas veces y te ha dejado preguntándote cómo cerrar la brecha entre lo que no le gusta comer a tu hijo y sus necesidades nutricionales.
No estás solo. Es bastante común que los niños sean muy selectivos o caprichosos con la comida. Ya sea por el sabor, el color o la textura de ciertos alimentos, los niños pueden desarrollar fuertes aversiones. Como padres o cuidadores, esto puede hacer que la hora de comer sea muy desafiante. Sin embargo, es importante tener en cuenta que para los niños que han experimentado un trauma, su renuencia a comer ciertos alimentos puede ser un síntoma de un problema más profundo.
Razones por las que tu hijo puede tener dificultades para comer
- Problemas sensoriales: Los niños reaccionan basándose en los sentidos, por lo que si la comida se entremezcla o ciertos colores provocan reacciones negativas, pueden sentirse abrumados.
- Historia con la comida: Experiencias pasadas, como la escasez de alimentos o las opciones limitadas, pueden influir profundamente en la relación de un niño con la comida.
- Desencadenantes emocionales: Los hábitos alimentarios poco saludables a veces pueden tener su origen en el estrés o la ansiedad. Comprender estos factores desencadenantes es clave para encontrar soluciones.
Tres formas de ayudar a superar la “guerra de comida”
Involucra a tus hijos en la planificación de las comidas
- Realiza una reunión familiar para discutir lo que les gusta y lo que no les gusta.
- Establece estándares para nutrientes y grupos de alimentos.
- Invita a tus hijos a ayudar en la preparación de las comidas. Amar sin medida es ideal para esto.
Incorpora el aspecto educativo
- Relaciona las elecciones de alimentos con su salud y bienestar general.
- Recuérdeles que su cuerpo es un templo creado por un Dios amoroso (1 Corintios 6:19-20).
- Enseña a tus hijos sobre la importancia de la nutrición. Mezclando, comiendo y riendo crea una gran oportunidad para esto.
Comunicarse y comprender
- Explora los problemas subyacentes que podrían contribuir a las sensibilidades alimentarias.
- Identifica las raíces de las sensibilidades alimentarias.
- Ayúdales a desarrollar habilidades de afrontamiento más saludables más allá de la comida.
- Haz preguntas y escucha activamente las preocupaciones de tu hijo. Nuestra actividad, ¡Relleno!, te ayuda a guiar estas conversaciones.
- Si estas sensibilidades son graves y afectan la salud general del niño, considera consultar con un terapeuta ocupacional, un terapeuta de salud mental o un alergólogo.
Punto clave
La comida debe ser una fuente de alegría y nutrición, no de estrés. Al abordar la hora de comer con empatía y creatividad, puedes ayudar a tu hijo a construir una relación positiva con la comida. Los niños procedentes de entornos difíciles anhelan estabilidad y una sensación de control; la hora de comer ofrece la oportunidad de proporcionar ambas cosas.
En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.
Aplicación
Si necesitas ayuda para transformar la hora de comer, nuestras actividades de Momentos Cotidianos™ “Hora de comer” están diseñadas para ayudarte a lograrlo.
Disfruta de un tiempo lleno de diversión y sensible al trauma con tu hijo a través de cada una de las actividades que compartimos.
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