Como cuidadores, saber cómo hablar con tus hijos sobre temas difíciles es fundamental para mantener su confianza. Muchas veces, los niños saben que hay un problema antes de que se lo digamos.
Lo perciben en las personas a su alrededor. Lo ven en nuestros rostros, entienden que algo ha cambiado, escuchan la ligera inseguridad en nuestra voz y notan que evitamos el contacto visual y físico.
Si seguimos ocultando el motivo del cambio, se sentirán inseguros, y esta inseguridad normalmente resultará en cambios de comportamiento por parte del niño. Por estas razones, es importante saber cómo hablar con tus hijos sobre temas difíciles. Estos consejos te ayudarán a manejar las conversaciones más complicadas con honestidad, humildad y gracia.
Consejos para hablar con los niños sobre temas difíciles
Debemos ser francos con nuestros hijos. Los niños son increíblemente perceptivos y, antes de que digamos algo, ya saben que algo anda mal, así que es mejor decirlo directamente. Aquí tienes algunos consejos para ayudarte a manejar estas conversaciones difíciles.
- Prepárate primero. Ora. Espera hasta un momento en el que puedas controlar tus ansiedades y tengas una idea clara de lo que vas a decirle a tu hijo antes de iniciar la conversación.
- Asegúrate de tener los hechos correctos. Reúne toda la información posible antes de compartirla con tus hijos. Es importante proporcionarles la verdad, no rumores ni información incorrecta. Es mejor retrasar la conversación hasta tener todos los datos que decirles algo que no sea cierto.
- Sé honesto. No inventes cosas para proteger a tus hijos. En su lugar, sé honesto. Es mejor que conozcan la verdad, por difícil que sea, a que una mentira pueda generar desconfianza en el futuro.
- Prepara respuestas para posibles preguntas. Según la información que vas a compartir con tus hijos, probablemente tendrán preguntas. Ora y prepárate con posibles respuestas para estar listo cuando llegue el momento de hablar.
- Proporciona información adecuada para su edad. Considera la edad física y emocional de tus hijos antes de compartir información. Piensa en cómo suelen reaccionar ante malas noticias y decide cuánto vas a decirles antes de comenzar la conversación.
- Dales la noticia cara a cara. Si tus hijos son muy pequeños, siéntate en el piso con ellos para mantener contacto visual durante la conversación. Incluso con niños mayores, asegúrate de que las discusiones importantes sean en persona.
- Dales suficiente tiempo y espacio para procesar la noticia. Al igual que los adultos, los niños necesitan tiempo y espacio para digerir nueva información. Dales a tus hijos el tiempo necesario para asimilar lo que les has dicho y permite que hagan preguntas una vez que hayan procesado la información.
- Mantén una actitud positiva. Incluso en las conversaciones más difíciles, asegúrales a tus hijos que estás allí para ayudarlos a enfrentar esta nueva situación.
- Mantenlos cerca. Incluso en situaciones catastróficas, es mejor no despedir a los niños. Esto puede aumentar su ansiedad. En la medida de lo posible, mantén a tus hijos contigo durante las temporadas difíciles de la vida.
- Si se trata de un evento de interés periodístico, evita el ciclo continuo de noticias. Consulta las noticias solo unas pocas veces al día. Mantente informado, pero no permitas que los reportes constantes consuman tu tiempo o afecten a tus hijos.
- Mantén la comunicación abierta. Asegúrales a los niños o adolescentes que deseas escuchar sus inquietudes y que pueden hablar contigo sobre el tema siempre que tengan preguntas.
- Ora sin cesar. Pide la guía y la protección de Dios. Nada de esto lo tomó por sorpresa, aunque a ti te haya sorprendido. Él sabe cómo manejar la situación, así que mantente en contacto con el Rey del Universo durante estos momentos difíciles. Anima a tus hijos a hacer lo mismo. Recuerda que Dios prometió no solo escuchar nuestras oraciones, sino responderlas antes de que dejemos de hablar (Isaías 65:23 NTV).
CONCLUSIÓN CLAVE
Saber cómo hablar con tus hijos sobre temas difíciles puede ser un desafío. Apóyate en Dios y usa tu tiempo de oración para pedirle que guíe a ti y a tu familia a través de las circunstancias que se avecinan.
“Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.” ~1 Tesalonicenses 5:16-18 (NVI)
APLICACIÓN
Es fácil ver un rasguño en la rodilla de tu hijo por una caída durante el recreo o un moretón en la espinilla después de un gran partido de fútbol, pero las heridas internas son más difíciles de detectar. Anima a tu hijo a hablar sobre sus dolencias internas y externas con Curitas para dormir.
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