Cada niño nace en una familia por designio divino, y Dios no comete errores en esa colocación. La unidad familiar fue creada por Él, y su restauración es una prioridad en Su plan para la humanidad. Adoptar esta perspectiva divina te inspira a acercarte con compasión y empatía a la familia biológica del niño bajo tu cuidado, especialmente a aquellos que están pasando por dificultades, al mismo tiempo que abogas por la protección del niño que ambos aman.
Como padre de crianza temporal, desempeñas un papel fundamental al facilitar las visitas y mantener las conexiones entre el niño y su familia biológica. A continuación, te ofrecemos algunos consejos sobre cómo gestionar de la mejor manera las relaciones con la familia biológica del niño bajo tu cuidado.
Sé compasivo y comprensivo
Muchas familias enfrentan ciclos de trauma, abuso o la experiencia de haber crecido en el sistema de crianza temporal. Estos ciclos a menudo se repiten de una generación a la siguiente, creando un entorno desafiante para los niños. Aunque estas circunstancias no justifican el daño que puedan haber sufrido los niños, reconocer las dificultades de los padres puede ablandar nuestro corazón. Cada niño merece la oportunidad de ser conocido, amado y cuidado por su familia, y cada padre merece la oportunidad de sanar y crecer.
Mantener las conexiones familiares
Cuando un niño entra al sistema de crianza temporal, mantener el vínculo con su familia biológica es crucial. Esto suele suceder a través de visitas ordenadas por el tribunal a padres, hermanos u otros familiares. Como padre de crianza temporal, juegas un papel vital en facilitar estas conexiones, que pueden variar según cada caso. Es importante hablar positivamente sobre la familia biológica del niño y abogar por la eliminación de cualquier barrera a las visitas cuando sea lo mejor para el niño.
Navegar los desafíos de las visitas familiares
Las visitas pueden ser emocionalmente desafiantes para todos los involucrados. Las familias biológicas suelen tener un tiempo limitado con sus hijos, generalmente en un entorno supervisado. Puedes empoderar a los padres biológicos al involucrarlos en conversaciones sobre las preferencias y necesidades de su hijo, respetando su papel como padres. Si el contacto directo no es posible, enviar fotos o actualizaciones puede ayudar a mantener la conexión.
Los niños pueden experimentar desregulación emocional durante y después de las visitas, ya que reviven traumas pasados y enfrentan nuevamente la separación. Es fundamental validar sus sentimientos y darles espacio para expresar sus emociones. Planificar una actividad reconfortante después de la visita puede ayudar al niño a sentirse apoyado y comprendido.
Tu papel después de la visita
Los padres de crianza temporal a menudo se encargan de recoger los pedazos después de las visitas. Ajustan horarios, transportan al niño y manejan las interrupciones en las rutinas. A pesar de los desafíos, hablan positivamente sobre la familia biológica, manejan crisis emocionales y consuelan al niño cuando las visitas no salen como se planeó. Haces esto porque entiendes la importancia de la familia y la esperanza de restauración.
Esperanza en Dios para la restauración
Aunque el camino de un niño hacia el sistema de crianza temporal puede estar marcado por quebrantamiento, aún existe la posibilidad de restauración, que ofrece esperanza. Dios puede transformar las cenizas en belleza, el lamento en alegría y la tristeza en alabanza (Isaías 61:3). Vale la pena luchar por las familias, y cada esfuerzo que se haga para apoyarlas y restaurarlas se alinea con el propósito divino de Dios.
En el gran tapiz de la creación, Dios entrelaza de manera intrincada a las familias como los bloques fundamentales de la sociedad. Al valorar a la familia como lo hace Dios, contribuimos a un futuro en el que cada niño pueda prosperar en un entorno familiar amoroso y comprensivo.
Punto clave
La unidad familiar es fundamental para la visión de Dios, y su restauración es una prioridad en Su plan para la humanidad. Adoptar esta perspectiva divina te inspira a acercarte con compasión y empatía a la familia biológica del niño bajo tu cuidado, especialmente a aquellos que están pasando por dificultades.
Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia.