“¿Cómo puedo amar adecuadamente a mi hijo de crianza temporal como si fuera uno de mis propios hijos biológicos?”
Esta es una pregunta común que surge cuando las familias abren su hogar a niños necesitados. Recibir a un nuevo niño, a quien deseas amar profundamente, puede ser abrumador, especialmente si no estás seguro de cómo ese amor será recibido o correspondido.
También puede ser un desafío amar al niño que Dios ha puesto bajo tu cuidado, especialmente cuando enfrentas crisis emocionales, actitudes negativas o desobediencia.
Si estás luchando por entender cómo amar a tu hijo de crianza temporal o adoptivo, no estás solo, y eso no te convierte en un mal padre. Cultivar un amor genuino por tu hijo no es imposible, pero sí requiere un esfuerzo intencional. Sigue leyendo para descubrir más.
Comprender tu propio estilo de apego
Antes de enfocarte en cómo tu hijo recibirá tu amor, es esencial entender tu propio estilo de apego.
Reconocer tu estilo de apego y los traumas pasados puede ayudarte a desarrollar una mejor capacidad para amar a un niño de crianza temporal o adoptivo. Ya sea que tu estilo de apego adulto sea seguro o se incline más hacia la ansiedad o la ambivalencia, confrontar los eventos pasados que llevaron a la formación de este estilo puede ayudarte a identificar posibles puntos ciegos o desencadenantes que puedas tener al cuidar a niños con traumas.
Con esta nueva conciencia de ti mismo, comprenderás mejor la necesidad detrás de los comportamientos más desafiantes de tu hijo. Invita a Dios a acompañarte en este viaje mientras avanzas en tu propio proceso de sanación.
Recuerda que el amor no se limita a dar un abrazo o a decir “te amo”. El amor también se refleja en la manera en que controlamos nuestras emociones. Erradicar la envidia y el odio, y dar espacio a la paciencia y la bondad, es lo que Dios nos llama a encarnar como Su pueblo. Mantén esta intención presente mientras aprendes a amar a un niño que ha experimentado traumas.
Después de reflexionar sobre tu propio estilo de apego, prueba estos tres pasos para demostrar amor incondicional a tu hijo de crianza temporal o adoptivo.
Busca la necesidad detrás del comportamiento.
Reflexiona sobre las cosas emocionales que haces cuando sientes una necesidad. ¿Te irritas con las personas cuando estás cansado, o ignoras a quienes te han lastimado? ¿Te vuelves mandón cuando tienes hambre o te cierras cuando te sientes abrumado?
Para los niños, estas acciones o comportamientos suelen ser el resultado directo de una necesidad que sienten. Sin embargo, dado que todavía están en crecimiento y desarrollo, no siempre pueden expresar sus sentimientos con palabras.
Para identificar la necesidad de tu hijo, comienza preguntándole. Aunque a veces no pueda verbalizar lo que siente, muchas veces la causa será un problema sencillo que puedes abordar y resolver. Esta transparencia también puede ayudarte a evitar pensamientos como: “¿Soy yo quien está provocando este comportamiento?”
Identifica la preciosidad del niño.
Cuando ocurre una crisis emocional, es fácil ponerse anteojeras y enfocarse únicamente en lo difícil que es ese momento. Sin embargo, cada niño es precioso a los ojos de Dios, y a lo largo del día hay innumerables instantes en los que la preciosidad de tu hijo se manifiesta plenamente. Es fundamental no permitir que esos momentos desafiantes te hagan perder de vista lo valioso que es tu hijo.
Una forma práctica de mantener esto en mente es llevar un registro de los momentos y recuerdos especiales que compartes con tu hijo. Cuando juegan juegos de mesa y se llenan de alegría, o cuando asimila las lecciones que enseñas, anota esas acciones en un diario o en una pizarra para recordar el crecimiento y la felicidad que han experimentado juntos. Vuelve a esos recuerdos, especialmente cuando demostrar amor se sienta más difícil.
Recuerda por qué Dios te llamó a la crianza temporal o la adopción.
Hubo un momento en el que supiste que querías marcar la diferencia en la vida de niños en crisis. Sentiste un llamado en tu corazón, y recordar ese momento puede ayudarte a reconectar con tu propósito inicial.
Escribe los detalles de por qué te involucraste en la crianza temporal. Así, cuando las cosas se pongan difíciles, tendrás algo tangible al cual regresar. Cuando las noches se sientan interminables y el cansancio se haga presente, recuerda que estás transformando vidas gracias al amor y esfuerzo que ofreces.
Conclusión clave
Muchos niños en crianza temporal o adopción no han recibido el amor que merecen, y tú estás transformando eso cada día. Recuerda por qué Dios te llamó a esta misión y mantén tu enfoque en ese propósito.
“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni presumido ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad.”
Aplicación
Aprovecha los momentos de descanso y fortalece tu conexión con tu hijo jugando Escuchando ando, un divertido juego que les ayuda a comprender cuán atento está Dios a sus necesidades.
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