Estás pasando por el pasillo de los dulces en el supermercado y le dices a tu hijo “no” cuando te pide una golosina.
Es casi la hora de la cena y les pides a tus hijos que apaguen su videojuego y se sienten a la mesa a comer.
Como padre, probablemente estés muy familiarizado con estas situaciones… y con cómo suelen terminar.
Con crisis emocionales.
Apoyar a nuestros hijos cuando experimentan emociones intensas es una parte común de ser padre, pero eso no significa que sea fácil.
Afortunadamente, es posible manejar las crisis emocionales aplicando algunas estrategias proactivas.
Sigue leyendo para conocer la mejor manera de evitar las crisis de tu hijo antes de que ocurran.
La verdad sobre las crisis emocionales
Si tu hijo tiene una crisis en público, es fácil que te sientas avergonzado, y cuando estos arrebatos ocurren en casa, puede que incluso sientas que estás fallando como padre.
Pero eso es una mentira del enemigo.
Las crisis emocionales son más propensas a ocurrir cuando nuestros hijos se sienten estresados, abrumados o han perdido el control. Manejar las emociones es una habilidad que tu hijo aún no ha dominado, y no hay nada de qué avergonzarse por eso, ni para ti como padre o cuidador, ni para tu hijo.
También es importante recordar que no eres un padre “malo” porque tu hijo tenga crisis emocionales. Dios sabía exactamente lo que estaba haciendo cuando te eligió para ser el padre de tu hijo, y el hecho de que tu hijo tenga crisis no tiene nada que ver con lo “bueno” que seas como padre.
En lugar de pensar en las crisis emocionales como un reflejo de tus habilidades como padre, considéralas como lo que realmente son: una oportunidad para enseñarle a tu hijo la habilidad de regular sus propias emociones para toda la vida.
Crianza proactiva para manejar las crisis emocionales
Ahora que entiendes por qué tu hijo tiene crisis emocionales, es más fácil idear estrategias proactivas para ayudar a prevenir estos arrebatos antes de que ocurran.
Una de las formas más sencillas de hacerlo es planificando un “simulacro de incendio”.
Así como en el trabajo o en la escuela hacemos simulacros de incendio para saber qué hacer en caso de una emergencia o situación estresante, piensa en los “incendios” que pueden surgir en la vida de tus hijos. Quizás tengan dificultades con:
- Terminar la tarea después de la escuela.
- Pasar del tiempo de juego a los quehaceres del hogar.
- Prepararse para la hora de acostarse cada noche.
Si queremos reducir las crisis emocionales, debemos enseñar a nuestros hijos, de antemano, qué hacer antes de que sus niveles de estrés aumenten.
El mejor momento para la enseñanza previa es cuando tu hijo está tranquilo. A menudo, intentamos enseñar conceptos útiles cuando nuestros hijos ya están teniendo una crisis o justo antes de que ocurra. Sin embargo, este tipo de enseñanza proactiva solo puede llevarse a cabo cuando tu hijo está calmado, descansado, bien alimentado y su cerebro está funcionando a pleno rendimiento.
Una vez que hayas identificado el mejor momento para enseñar a tu hijo, es hora de poner en práctica tu primer “simulacro de incendio”.
Cómo implementar un “simulacro de incendio” en casa
Cuando estés listo para realizar tu primer “simulacro de incendio”, tendrás que hacer un poco de juego de roles con tu hijo. Supongamos que la tarea escolar es el incendio. Acércate a tu hijo cuando esté relajado en su habitación o en la sala y preséntale el escenario del “simulacro de incendio”.
Puedes comenzar diciendo: “Hijo(a), ayer noté que te costó hacer tu tarea. Sé que estás haciendo tu mejor esfuerzo, y a veces necesitamos un poco de ayuda adicional. Vamos a practicar lo que haremos la próxima vez que te sientas abrumado por tu tarea”.
Luego, ve con tu hijo al lugar donde normalmente hace su tarea. Pídele que imagine cómo se siente cuando se frustra con ella.
Una vez que tu hijo haya identificado la(s) emoción(es), respóndele: “Sé que te gusta jugar a la pelota. Vamos afuera y lancemos la pelota por dos minutos para relajarte antes de volver a la tarea”.
Cuando hayan pasado los dos minutos, dile a tu hijo que regrese adentro y haga como si estuviera haciendo la tarea.
Este divertido “simulacro de incendio” es una estrategia proactiva que le enseña a tu hijo qué hacer cuando comienza a tener una crisis emocional. Al hacerlo, le das a tu hijo sus propias herramientas para manejar situaciones estresantes en el futuro.
Conclusión clave
Como padre, es fundamental enseñar a tus hijos los beneficios de planificar con anticipación. Al implementar estrategias proactivas, puedes ayudarles a manejar sus emociones y prevenir crisis emocionales.
“Los planes bien pensados producen ganancias; los apresurados traen pobreza.”
Aplicación
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