Di: Vamos a jugar un juego juntos. Pero primero, necesitamos dibujar algunos emojis. Tomemos los próximos 5 minutos para dibujar tantos emojis como podamos imaginar. (Si tu hijo no quiere dibujar, pueden imprimir imágenes y recortarlas.)
Anima a tu hijo a crear emojis que representen una amplia variedad de emociones. Si necesitan ayuda, pueden buscar ejemplos en el teléfono o en línea.
Di: ¡Genial! Ahora, hablemos sobre lo que significa cada uno de estos emojis. (Anima a tu hijo a describir qué emoción representa cada emoji.)
Haz esto: Coloca los emojis en una fila para que sean fáciles de ver.
Di: Impresionante. Hay tantos emojis aquí, y los seres humanos experimentamos todas estas emociones. Jesús también. Aunque puede que no nos guste cómo se siente cada emoción, es completamente normal sentirlas todas.
Di: Muy bien, ahora es momento de jugar. Voy a describir una situación y cada uno de nosotros va a pensar en cómo nos hace sentir. Una vez que hayas identificado tu emoción, mueve tu ficha de juego hasta el emoji que representa ese sentimiento. Yo haré lo mismo.
Permite la conversación después de mover cada ficha. Anima a tu hijo a explicar por qué eligió ese emoji primero. Después:
Di: Gracias por compartir conmigo. Es importante recordar que, sin importar lo que sientas, nunca estás “equivocado”. Tus emociones están bien, sean cuales sean.
Sin embargo, Dios no quiere que afrontemos nuestras emociones solos. Por eso, nos ha dado personas en nuestra vida que se preocupan por nosotros. Siempre puedes venir a hablar conmigo sobre lo que sientas.
La Biblia nos dice que nuestras cargas (luchas, problemas) suelen sentirse más ligeras cuando las compartimos con otros.
Comparte la esperanza de la Palabra de Dios y ora con tu hijo.